Novias de Blanco y
Negro en la Lima del Siglo XIX: Moda o Luto?
Jasón Enrique Mori Julca
INTRODUCCIÓN
En la Lima del
Siglo XIX la moda tenia dos formas de dictarse, la primera era por medio de la
moral y de los espíritus conservadores dictados por la era Victoriana, la
segunda era aquella que la dictaba la misma moda en si y que provenía de la
capital de entonces en estas normas, París. Si bien es cierto en la Lima de
entonces se huso la saya y manto, traje típico de la tapada que fue el vestido
por tradición de la antigua capital de los virreyes españoles y que fuera
descrito por cuanto viajero pasara por la capital. Este traje se utilizo hasta
según crónicas locales entrados los años de 1850 pero fue reemplazado por las
anchas faldas de crinolina y ropas un poco mas sueltas a la figura femenina.
Esta es posteriormente cambiada en los 60 y 70 por ropas un poco mas holgadas y
a la vez en los 80 por ropas mas ceñidas al cuerpo que en los 90 fueron
soltándose las faldas para entrar a un nuevo siglo con vestidos mas atrevidos y
en los que el hombro y los brazos eran mas mostrados y no quedaban solo
relegados a vestidos de gala o de cena.
Se habla de que las novias llegan de blanco al altar y que ello
simplifica la pureza de la misma. Pero de donde surge esta moda del blanco? y
antes, ¿de que color era su vestimenta? Algunos señalan en la protagonista
principal de esta moda a la Reina Victoria como autora de esta moda, en la
Inglaterra de entonces el casarse significaba llevar un tipo de color según su
Posición u orden de realeza así existían los vestidos de novia color rojo,
lila, negro y marfil. En vista de tales colores la entonces Reina decidió tomar
la determinación de romper ciertas antiguas costumbres y casarse de blanco.
Otros, por el contrario, señalan que fue la entonces novia del Emperador
Francés Napoleón III.
El huso del
traje de novia propiamente no esta registrado en nuestra ciudad capital pero
mediante el estudio de las fotografías podemos darnos una idea que pudo haber
sido introducido al mismo tiempo en que puede haberse ideado, una de las
imágenes de la muestra nos refleja la utilización de un traje de novia con
crinolina lo que demuestra que este se usaba entrado los año 1850. Las mismas
imágenes nos muestran trajes diversos pero principalmente el ceñido al cuerpo
de amplio velo blanco y muchas veces el traje de novia era decorado como con
guirnaldas de flores que colgaban del vestido principalmente entre los 70 y 80,
siendo ya no utilizados en años posteriores. La novia se coronaba con un
arreglo floral y en la mano llevaba el clásico boquee. En algunos casos se
llevaba otro pequeño arreglo floral a la altura del corazón, el huso del guante
blanco era otro accesorio que quedaba al criterio de la novia.
La nefasta
Guerra con Chile trajo muchos cambios sociales y económicos a nuestra patria,
divido posiblemente a las casualidades del destino y a la moda la guerra con
Chile sucede cuando en Europa se utilizaba los colores oscuros como el
chocolate y el negro para los trajes de novia, unos era por moda y otros eran
para luto el cual después de un año la viuda podía casarse nuevamente pero
vestida de negro, en otras debido al fallecimiento de un familiar se casaban de
negro. Las primeras referencias sobre dichas costumbres llegan hasta nuestras
días muchas veces debido a lo que nos han contado nuestros abuelos o aquellos
parientes ya desaparecidos, pero esta versión cobra mayor fuerza cuando en 1979
Guillermo Thordike publica en su conocida obra “Autorretrato” imágenes de
dichas novias de negro señalando que vestían el luto producto de la perdida del
Huascar y de nuestra provincia sureña de Tarapacá, lo cierto es que ni Porras,
ni Basadre señalan dicho acontecimiento como causa de este repentino cambio de
moda nupcial de acto privado a acto de protesta, no existe dentro de nuestras
conocidas asociaciones feministas una referencia simbólica de este hecho que
hubiese pasado desapercibido y que haya sido tomado como estandarte de acto de
protesta por parte de dichas asociaciones con respecto a la mujer peruana del
siglo XIX. Lo cierto que esta moda de vestir a la novia de negro apareció en el
Perú en un momento en que cruzaba su peor sitial dentro de su historia y que
esto fue tomado como medio de expresión ante los acontecimientos y que luego de
concluida la guerra prosiguió como un símbolo de luto ante acontecimiento
particulares de la pareja. Lo mas claro esta que esta moda no desapareció con
el siglo XIX, siendo hasta entrado el nuevo siglo practica de algunas novias de
nuestra ciudad capital. Esta exposición trata, además, de poner en debate la
siguiente incógnita: Fueron las novias de negro una moda o un luto por la
Guerra con Chile?.
ENAE, 195-?
Por ese entonces, para la novia de clase media le era más práctico vestir colores oscuros por varias razones. La razón de mayor peso era la económica. Una novia prudente siempre es previsora -un vestido de novia puede ser usado, posteriormente, y en muchas ocasiones, no sólo en su "día especial"-. Un vestido de novia pasaba a ser el mejor vestido de noche una vez terminada la ceremonia nupcial, y claro, la preferencia por los colores obscuros se debía a la mayor facilidad para mantenerlos limpios.
LA MODA EN LIMA A MEDIADOS DEL
SIGLO XIX
El Vestuario y la imagen / Alberto Bertanzi.
1830-1899 Romanticismo (nuevo rococó), en el vestuario
femenino de 1830 a 1840 la falda se amplia y es vaporosa; hacia la década de
1870 vuelve la crinolina mientras los acontecimientos sociales daban fin al
lujo y la llegada de formas poéticas en las líneas (muy usual en el rococó
1720-1784), después de 1870 la crinolina es cambiada por una forma de “silla de
montar” ó “asellino” en los últimos 20 años del siglo las líneas se
simplifican, los pliegues son mas acampanados, las mangas son a “muslo de
montón”. El traje masculino estaba constituido por el “Frack” con chaleco (antes
de 1850) después de 1860 se usa el sobretodo completado por la “tuba”, sombrero
de forma cilíndrica.
Trajes y tocados de las limeñas a través de cuatro siglos / Pedro M.
Benvenuto Murieta. – Lima :
Numerosos retratos del 60 al 70 nos ofrecen la visión de pulcras
mantillas de encajes blancos o negros, llamaban las por entonces en Lima
basquinas, dado al vocabulario acepción muy diferentes de los españoles que
significaba cierta especie de falda.
Los vestidos de baile y los caseros competían en todo los moldes
parisienses, que vulgarizaron los periódicos ilustrados y los figurines. A raíz
de la guerra del 79 obtuvieron preferencia las mantas que solo tenían bordada
la guardilla y, después, las llamaban de vapor con primorosas blondas.
Modas de ayer y elegancias que fueron / María Wiesse. – Lima : ENAE, 195?
Modas de ayer y elegancias que fueron / María Wiesse. – Lima : ENAE, 195?
El traje de la tapada, traje nacional que se usaba desde inicios de la
colonia hasta 1850 en que como señala Fuentes en su obra Lima “Las rigurosas y
recientes modas de París se aclimataban inmediatamente en Lima”. En 1854 para
el paseo se usaban capas y abrigos cortos con los que se llevan los sombreros y
capotas. Las mangas son largas, angostas de arriba van anchándose hasta llegar
al puño donde a veces se cierran otras quedan abiertos. Antes de 1880 las
faldas eran amplias, se usaban las crinolinas, el fichú, la angosta cinta de
terciopelo alrededor del cuello, el escote ya no es en punta, ni el corpiño
ciñe tan apretante el talle. La línea se hace mas flexible. En 1880 el traje se
hace ondulante por ser confeccionado en seda crujiente; las faldas muy largas se
prestan a ser recogidas con movimientos graciosos, los corpiños suben ocultando
el cuello. Las modas de 1880 todavía tienen carácter, son distinguidas, muy
femeninas, favorecen a las mujeres delgadas, de rostro fino y maneras
aristocráticas. De 1895 a 1914 el traje femenino es antiestético, híbrido;
adoleciendo de indecisión.
Escena de calle de Lima, 1844
Por Mauricio Rugendas (1802-1858)
NOVIAS
DE BLANCO Y NEGRO
NOVIAS DE BLANCO
Aunque para
finales de los 1830's y principios de los 1840's ya se confeccionaban vestidos
de novia en un suave color marfil. Estos vestidos eran de una hechura bastante
simplista, de hecho en ocasiones el velo llegaba a ser la parte más
elaborada del atuendo nupcial.
Courret, Eugenio
Sr. E.G. Fraser y Sra. Lima, 1880.
1 placa de vidrio; negativo: 12x18 cm
La boda de la
Reina Victoria de Inglaterra en 1840 marcó una ruptura con la tradición y
decidió revelarse en el día de su boda
abandonó el protocolo asociado a los colores casándose de blanco, ya que
hasta entonces predominaban los tejidos nobles (brocados, terciopelos) en tonos
rojos (símbolo de poder y color preferido por las novias de las casas reales
europeas), que desde que existe historia escrita, el vestido de novia siempre
había sido de color Rojo o variantes del mismo, curiosamente esta costumbre se
observaba en todo el mundo incluso en China y la India, países que tienen un
gran ceremonial de casamientos, los otros colores usados por aquellos años eran
el dorado (en túnicas y tejidos ricos) o el plateado (sobre todo en brocados),
que delataban el status social de la novia. Otros colores comunes como azul,
rosa, verde, café oscuro eran utilizados indistintamente. Desde entonces,
el traje de novia blanco, que durante la época antigua ya tenía connotaciones
de limpieza y pureza en los países católicos, se empezó a asimilar con la
virginidad.
A partir de esta
época, el vestido de novia siguió las tendencias del vestido elegante, aunque
lo
que diferenciaba el vestido de novia de este último no era tanto el corte
como el uso de lujosos tejidos, como el damasco y el satén, y de preciosos
encajes en su elaboración. Otros señalan que la tradición cambió en la época de
Napoleón III, cuando su esposa en 1860 usó por primera vez un vestido blanco y
amplísimo que lució el día de su boda, tanta fue la conmoción que causó que
desde ese día las novias se visten de blanco en casi todo el mundo, y son
usados solo una vez solo para demostrar la riqueza de la familia.
Hacia 1850 se
extendió el uso de la crinolina y de la enagua de aros, que daba a la mujer una apariencia de triángulo de base ancha. A mediados de 1860, la crinolina empezó
a desplazarse hacia la parte trasera de la falda.
En la década de
1870, bajo la influencia del diseñador Worth, el vestido de novia se inspira en
el traje de baile característico del siglo XVIII. El refinamiento y la
distinción caracterizaban estas prendas. Por esta década el blanco y para los 1880's la mayoría de las mujeres
usaban los colores claros -blanco y marfil-, pero aún era muy común ver a las
novias vestidas con su mejor vestido "dominguero".
En el día de su
boda, las jóvenes con posibles lucían dos versiones del mismo vestido: uno más
recatado con manga larga y cola para la ceremonia, y otro con un corsé más
escotado y sin cola para la noche.
Asimismo, en
esta década, la falda empezó a crecer por detrás, y se solía llevar recogida en
la parte posterior para darle una forma exagerada. Los velos, elaborados a
mano, se llevaban largos, prendidos en la parte baja de la cabeza con flores de
naranjo. Cuando la ceremonia había terminado, el velo se retiraba hacia atrás.
En 1880 triunfa
el ideal de mujer ornamentada: el vestido se pega al cuerpo, las faldas
adquieren volumen en su parte posterior y los adornos y los lazos se
multiplican. El vestido no tiene costura horizontal en la cintura, sino que utiliza
pinzas verticales para ajustarse a ésta, realzando de así el busto y las
caderas de la novia.
Sin embargo, en
1890, la moral Victoriana recrea la mujer modesta, piadosa y sumisa. El vestido
de novia se hace eco de esta moral y representa la aceptación integral de estos
valores.
Son vestidos de manga alta y cuello alto, recatados. Incluso las manos de la
novia deben quedar cubiertas en público. La línea de la falda parece un embudo,
dibujando una figura esbelta con un bajo acampanado. El velo pasa a ser
obligatorio y se lleva prendido sobre complicados peinados. Los ramos, cada vez
más voluminosos, son recogidos con mucho decoro.
El machismo que
siempre ha imperado a lo largo de la historia, ha obligado a la mujer llegar al
día de su matrimonio, virgen. Esto se
representa de varias formas ese día, ya sea por el peinado, los adornos que se
llevan y, principalmente en los tiempos modernos (como se mencionó arriba), el
vestido debe ser claro, de preferencia blanco, ya que esto indica pureza.
La pose del hombre
sentado y de la novia de pie, es una de las poses más comunes en los retratos,
revelaba el lugar secundario de la mujer en la sociedad patriarcal. Existían
otras poses en las que el velo se exhibe aparte, por lo que se puede suponer
que el estar de pie y sin velo es un tributo al lucimiento de las galas
nupciales. Otras muestran a los novios de pies juntos o separados por algún
mueble.
El velo sobre el
rostro, que actualmente es un adorno más de la indumentaria de la novia, en la
antigüedad simbolizaba la pureza y castidad de la contrayente. Se podía retirar
hasta que la celebración terminaba y así el novio al besar a la novia
"recibía su pureza".
En los retratos las ambientaciones ganaron espacio en las fotos de boda. Telones pintados, muebles de época incierta y otros recursos escenográficos daban clima a la composición.
En los retratos las ambientaciones ganaron espacio en las fotos de boda. Telones pintados, muebles de época incierta y otros recursos escenográficos daban clima a la composición.
Estos elementos
fijos y escenográficos respondían en parte al tiempo que demandaba la toma
fotográfica. Naturalizar tantas demandas y personalizarlas fue el desafío
cumplido por los especialistas del género.
En esta época
moderna, el vestidos blanco llega a ser
accesible a la mayoría de la población, cosa que antiguamente solo las personas
de dinero, podían darse el lujo de de mandar hacerlo, tan glamoroso como su
“bolsillo” se los permitiera.
Courret, Eugenio
Sra. Josefina Laverne. Lima, 1885.
1 placa de vidrio; negativo: : 18 x 24 cm.
NOVIAS DE NEGRO
¿Desde cuándo
una novia vestida de negro? Desde siempre. Antes del Barroco, del Renacimiento
e incluso antes de la Edad Media - épocas en que los colores ricos triunfaban
entre las novias -, el traje de novia era de color negro u oscuro. Hasta bien
entrado el siglo que dejamos atrás, y antes de que la tradición de casarse de
blanco se generalizase, las novias vestían de negro (aunque la mayoría de las
veces la mantilla blanca fuera un complemento imprescindible).
Castillo, Rafael
Novia vestida de negro. Lima 188?
1 placa de vidrio en colodión; negativo: 13x18 cm.
Por ese entonces, para la novia de clase media le era más práctico vestir colores oscuros por varias razones. La razón de mayor peso era la económica. Una novia prudente siempre es previsora -un vestido de novia puede ser usado, posteriormente, y en muchas ocasiones, no sólo en su "día especial"-. Un vestido de novia pasaba a ser el mejor vestido de noche una vez terminada la ceremonia nupcial, y claro, la preferencia por los colores obscuros se debía a la mayor facilidad para mantenerlos limpios.
Courret, Eugenio
Sr. Juan Graziani y Sra. Lima, 1886.
1 placa de vidrio; negativo: 12x18 cm.
Un vestido negro
también podría usarse si la novia fuera a contraer nupcias con un viudo o ella
estaba de luto ya sea por un familiar o al cumplir 1 año de viudez, la
costumbre era frecuente hasta la década del veinte tanto para las viudas de
zonas rurales como para las jóvenes contrayentes de clase urbana acomodada. De
hecho, estos vestidos de peculiar elegancia eran llevados en más de una ocasión
y en la sociedad norteamericana del siglo XIX era obligado usarlo al cumplir el
primer aniversario de casamiento. Esta costumbre de casarse de negro
posiblemente haya sido adquirida por diversas sociedades a partir de la vida
social de la mujer piamontesa.
Dubreuil, Adolphe
Sr. Leopoldo Basurto y Sra. Lima, 1888.
1 placa de vidrio; negativo: 13 x 18 cm.
Courret, Eugenio
Sra. Venecia Navarro. Lima, 1885.
1 placa de vidrio; negativo: 18x24 cm.
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