LA HUELGA EN EL PERÚ
Gian Marco Osorio P.
EL COMIENZO DE LA CLASE OBRERA EN EL PERÚ
Después de la
Independencia de España (1820-1860), nuestro país sufrió una anarquía total, en
la cual ningún grupo dominante logró imponerse en nuestro estado y los
gobiernos fueron breves, acaudillados por militares. Nuestra clase dominante
fue conformada básicamente por comerciantes, banqueros, terratenientes que
durante mucho tiempo sólo se dedicaron al derroche y a los placeres de la vida
suntuosa.
En esas décadas, Lima
contaba con una población aproximada de 100,000 habitantes y su demarcación
territorial era muy pequeña. La comunicación con las distintas ciudades de
nuestro país era por vía ferroviaria y la población estaba conformada por
empleados domésticos, artesanos, comerciantes, etc., que presentaban una
condición de vida muy paupérrima.
Nuestra producción
era artesanal porque no existía industria; asimismo, los productos o bienes
eran básicamente muebles, zapatos, telas etc.
La economía del país se encontraba desarticulada porque se encontraba
relacionada directamente con España, la minería estaba abandonada y las
haciendas en su mayoría eran trabajadas
por negros que eran tratados como animales. En el año 1854, con la abolición de
la esclavitud proclamada por el presidente Ramón Castilla, los negros se
negaron a seguir trabajando en las
mismas condiciones y los hacendados cubrieron la falta de mano de obra
empleando “coolis”, inmigrantes provenientes de China.
La reestructura e
inesperada organización de la economía del
país se debió básicamente a la explotación del guano de las islas de
nuestro litoral, porque este producto fue utilizado como fertilizante. Para
tener una idea del desarrollo de este producto, en 1846 los ingresos por venta
fueron del 5% de nuestro ingreso nacional; para 1875, los ingresos fueron el
80%. Este producto generó que la clase dominante vinculada a esta actividad se
constituyera en una hegemonía.
Durante este periodo
aparecieron Partidos Civilistas, cuyo único interés fue de corte económico y
político. Los civilistas contrajeron exagerados préstamos, que a la larga
constituyeron su declive, pues la mayor parte de los recursos de la extracción
del guano eran destinados para pagar los intereses acumulados. Asimismo, los
ingresos del guano no fueron empleados en aumentar el desarrollo del país sino
que fueron dirigidos al derroche y al lujo. Con el descubrimiento del abono
sintético se redujeron las ventas del guano a un 50% de su producción, y la
crisis se agudizó en proporciones incontrolables. Además, la Guerra con Chile
intensificó la galopante crisis.
A raíz de todos estos
hechos, los artesanos se encontraban abandonados y empobrecidos en las
ciudades. Por esta razón decidieron agruparse en sociedades de Ayuda Mutua y
Mutuales para protegerse de la miseria, teniendo como consecuencia la creación
de la Confederación de Artesanos Unión
Universal, en 1886.
Cuando la llegada de Nicolás de Piérola a la
presidencia, su objetivo principal fue la reconstrucción del país, que padecía
las secuelas de la Guerra con Chile. El capital extranjero que llegó durante el
gobierno de Piérola fue dirigida a la inversión de fábricas (Inca Cotton Mill,
Textil El Progreso y Textil La Unión). Con este surgimiento de distintas
fábricas, los artesanos que se encontraban sin laborar se vieron obligados a convertirse en obreros.
La clase obrera tuvo que soportar condiciones deplorables que, en algunas
ocasiones, llegó a la explotación de mujeres y niños pues el trabajo diario
llegaba hasta las 16 horas y no existía ningún tipo de beneficio.
LAS HUELGAS EN EL PERÚ
“Una
huelga es una acción emprendida de forma individual o por un colectivo social,
consistente en dejar de hacer funciones o labores para ejercer una presión
social, con vistas a la obtención de un objetivo concreto”.
El
derecho de huelga fue reconocido por primera vez en 1864, en Inglaterra, y
constituye en la actualidad en uno de los derechos inalienables del hombre,
reconocidos por la ONU y por gran número de países.
Huelgas
que han pasado a la historia son la de 1886 en Chicago, por la jornada de ocho
horas; la de 1905 en San Petersburgo, de carácter insurreccional; las revolucionarias de
1917 y 1920, en España y Alemania respectivamente; la de 1946 en la
General Motors de EE.UU., que duró casi un año; y la de mayo de 1968, en Francia.
En 1896, los
obreros de la fábrica textil del Grupo Grace en Vitarte manifestaron su rechazo
a los malos tratos que recibían pues, en aquella época, los trabajadores
ingresaban a laborar a las 6:00 a.m. y terminaban a la medianoche. Pedían
reducir su jornada laboral, aumentar sus salarios y mejorar sus condiciones
alimentarias. La huelga, dirigida por Emilio Mendoza, fue reprimida por las
fuerzas del orden, quienes apresaron a los dirigentes y obligaron con latigazos
a los obreros para que se reintegraran a sus labores diarias. El Gobierno de Piérola
tildó de “criminal” a está primera manifestación de obreros.
En un ambiente totalmente hostil, tanto de los patrones como del gobierno de turno, en 1900 los estibadores del Callao paralizaron el puerto. Aquellos obreros exigían asistencia médica en caso de alguna enfermedad y reclamaban Indemnizaciones por riesgos de trabajo.
En un ambiente totalmente hostil, tanto de los patrones como del gobierno de turno, en 1900 los estibadores del Callao paralizaron el puerto. Aquellos obreros exigían asistencia médica en caso de alguna enfermedad y reclamaban Indemnizaciones por riesgos de trabajo.
A raíz de la
falta de apoyo por parte del gobierno, los obreros se organizaron y comenzaron
a
visitar a otros trabajadores de fábricas y haciendas aledañas para que apoyaran sus luchas. Así, en 1904 se inició una huelga multitudinaria, llamada “La Huelga de los Portuarios” en el Callao donde muere Florencio Aliaga, a quien se le recuerda como mártir de la clase trabajadora peruana. El resultado de esta huelga tuvo consecuencias positivas en los intereses de los trabajadores, obtuvieron el 20% de aumento en sus pagos y mejoras en las condiciones de trabajo.
El año 1905
fue decisivo en la organización de los trabajadores en el Perú. Diversas
celebraciones se realizaron, recordando la Jornada Internacional de los
trabajadores mártires de Chicago en 1886. En aquella reunión, el acuerdo
unánime de los obreros fue luchar por las ocho horas. A partir de aquella
fecha, aparecen en la escena local publicaciones periódicas como “Los Parias”,
“El hambriento”, “Humanidad” y “El oprimido”. La más importante de estas
publicaciones fue “La Protesta”, que aparece en 1911 y que reunió a destacados dirigentes
obreros, entre los que podemos destacar Manuel Caracciolo Lévano, Delfín Lévano
y Luis Felipe Grillo.
"En la mañana de hoy circulo de pronto en Lima la noticia
de haberse realizado sangrientos sucesos
en el Callao, con motivo de la huelga de jornaleros que también viene
preocupando al comercio y á las autoridades. La noticia nos ha venido del Callao por telefonemas sucesivos:
A las 7 de la
mañana de hoy una fuerza de policía al mando del capitán Chamorro, intimó a los huelguista que no
pasaron el muelle de Fleteros. Los huelguistas tomaron entonces la brida de los
caballos de la fuerza pública y se abrieron paso hasta el citado muelle. Florencio Aliaga
está herido a bala en la pierna derecha.
Su estado es grave. Al ser conducido al Hospital Guadalupe un grupo de sus
compañeros quisieron arrebatarlo para pasearlo por la ciudad, pero una fuerza
del escuadrón Nº 1 lo impidió". La Prensa. Edición de la tarde. Lima, 19 de mayo de 1904. p.1.
Los Parias. Lima, 1 de mayo de 1905. Año II.
Nº 13. p.1.
EL PRIMER
PARO GENERAL DE LIMA Y LAS MANIFESTACIONES EN EL NORTE DEL PAÍS
Teniendo como
objetivo la conquista de las ocho horas, una serie de huelgas repercutió la
escena local. En 1907, los Conductores y Motoristas de la ciudad iniciaron una
huelga que paralizó el país y en 1910 la movilización por los derechos de los
jornaleros del Callao acaparó las primeras páginas de los diarios, que
destacaban la organización de los obreros.
En 1911 se
desarrolló el primer Paro General en Lima, en solidaridad con los obreros de
Vitarte que habían sido masacrados por tropas del Gobierno ante sus fallidos
reclamos. En marzo de ese año, los
obreros textiles de Vitarte presentaron un pliego de reclamos a la gerencia,
exigiendo aumento salarial, reducción de las horas de trabajo y disminución de
los precios de los alimentos que la empresa vendía. El rechazo de los dueños de
la fábrica textil de Vitarte no se hizo esperar. A raíz de las manifestaciones
de obreros en Lima, la gerencia de la fábrica textil de Vitarte comenzó a
contratar personal de reemplazo. Esta negativa actitud asumida por los
empresarios y por las autoridades de Lima motivó el rechazo del resto de los
trabajadores de la capital, por lo que se decretó el Paro General en apoyo a
los textiles de Vitarte.
El movimiento fue un
éxito. El paro fue masivo y paralizó la ciudad. Ante tales hechos los dueños
tuvieron que ceder. Los obreros de Vitarte obtuvieron sus objetivos. Entre los
logros conseguidos se encontraba la supresión del trabajo nocturno.
En las
haciendas del norte del país (Casa Grande, Zucher Plantagen, Roma, Chiclin,
Cartavio), las condiciones de trabajo de los cañeros eran insoportables. Los
patrones decidieron aumentarles de tareas, por tal motivo los obreros exigieron
que se les aumente el salario. Sus
peticiones no fueron escuchadas, por lo cual 5 mil braceros de Casa Grande
optaron como medida de fuerza la amotinación. La policía rural no pudo
controlar la situación y el gobierno de turno consideró la necesidad de enviar
tropas al norte del país. El enfrentamiento de los obreros con las autoridades
tuvo como consecuencia la muerte de más de 150 braceros. Sin embargo, tales
sucesos atemorizaron a los hacendados, logrando que los trabajadores obtuviesen
la supresión temporal del sistema de enganche y la disminución del precio de
alimentos vendidos obligatoriamente en los Tambos.
HUELGA DE CONDUCTORES Y MOTORISTAS
LA HUELGA DE LOS CONDUCTORES Y MOTORISTAS
Una crisis de
aquellas que con tanta frecuencia se presenta en los grandes centros
industriales europeos, acaba de
estallar entre nosotros. Ha sido el
preludio de una lucha que se inicia en este país, donde la falta de brazos y la
ausencia del verdadero capitalismo han postergado su fatal aparición; felizmente la intervención del
Estado, la única aceptable en casos como éste ha puesto fin á la huelga. Prisma : revista ilustrada de artes, letras. III (29) : 8. Lima, 1 de enero de 1907.
HUELGA EN VITARTE
LA HUELGA DE VITARTE. Ilustración Peruana. III (78) : 928. Lima, 29 de marzo de 1911.
“Al movimiento de
paro de los obreros de Vitarte, ha seguido un movimiento casi general de los
demás obreros de las diversas fábricas é industrias limeñas. Fracasado entre
los gerentes de Vitarte y sus operarios rebelados todo plan de arreglos y
acuerdos después de laboriosas gestiones, éstos decidieron solicitar el apoyo
de sus compañeros de gremio quienes en su mayor parte apoyaron su actitud y
opinaron por ir al paro general en señal de protesta.
Este paro fue
acordado el sábado en sesión numerosa verificada en el local de la sociedad
<<16 amigos="">>, sesión de la que damos dos vistas fotográficas al
lado de otras dos relativas á la función dada esa misma noche en la
<> con el objeto de reunir fondos que
incrementaran los de la caja de resistencia.” 16>
EL PARO GENERAL
La adormitada y tranquila ciudad de Lima
salió el lunes de su habitual modorra
gracias á la actitud de los obreros que declararon el paro general como actitud
de solidaridad con el gremio de operarios de tejidos, una cuyas ramas la de los
de Vitarte, se hallaban en huelga a causa de no acceder los gerentes de esa
fabrica á sus exigencias de disminución
de horas de labor y aumento de jornal.
Los huelguistas se reunierón desde las
primeras horas de la mañana en la plazas Italia, Bolognesi y Dos de Mayo, donde
se pronunciaron fogosos discursos,
distribuyéndose después en minuciosos grupos por las diversas calles de la
población haciendo manifestaciones de variada índole y practicando actos
hostiles contra los empleados del eléctrico
y originando así distintos conflictos en que intervino la gendarmería
sable en mano. Variedades. IIV (163) : 438-440. Lima, 15 de abril de 1911.
LA LUCHA POR
LAS OCHO HORAS EN EL PERÚ
Entre los
años de 1900 a 1920, el país estuvo gobernado por el partido civilista
(Republica Aristocrática). Estuvo
conformado mayormente por comerciantes, banqueros y terratenientes.
En 1912, Leguía
convoca a elecciones para presidente de la Republica. En estos comicios se
enfrentaron dos candidatos, Antero Aspíllaga (conservador) y Guillermo
Billingurst (populista).
Billingurst
ofreció en su programa de gobierno medidas que favorecían a sectores populares,
como la ley de protección social y accidente de trabajo. La población peruana
apoyo a la candidatura de Billingurst, realizando manifestaciones populares,
miles de limeños salieron a las calles manifestando su apoyo al candidato
populista.
El candidato utilizó como símbolo de campaña, un pan grande, se decía que así iba a ser el tamaño del pan si Billingurst ganaba. Al final de las elecciones, Billingurst obtuvo una amplia victoria sobre su rival con el apoyo mayoritario de los obreros entusiasmados por promesas que nunca fueron cumplidas.
El candidato utilizó como símbolo de campaña, un pan grande, se decía que así iba a ser el tamaño del pan si Billingurst ganaba. Al final de las elecciones, Billingurst obtuvo una amplia victoria sobre su rival con el apoyo mayoritario de los obreros entusiasmados por promesas que nunca fueron cumplidas.
En 1913 la
Unión de Jornaleros del Callao cuyo presidente era Fernando vera inicia una
huelga general indefinida, demandando el derecho por las ocho horas de
trabajo. Otros sectores de obreros
entraron en huelga en apoyo a sus compañeros del Callao.
Fue un movimiento
huelguístico que casi puso de rodillas al gobierno, la huelga se prolongo por
varios días. El presidente Billingurst, a quien los obreros apoyaron
anteriormente, sacó aquí su verdadera faz reglamentando las huelgas. El paro generalizó todos los sectores de
producción y el gobierno tuvo que ceder decretando la jornada de las 8 horas,
pero solo para los trabajadores del puerto del Callao.
La Guerra Mundial afecto a la economía del Perú. Aumentaron los precios de muchos alimentos que eran importados. El costo de vida subió fuertemente y la oligarquía peruana se negaba a conceder aumentos saláriales. Los conflictos aumentaron, produciendo numerosas huelgas en protesta de la situación del Perú.
La Guerra Mundial afecto a la economía del Perú. Aumentaron los precios de muchos alimentos que eran importados. El costo de vida subió fuertemente y la oligarquía peruana se negaba a conceder aumentos saláriales. Los conflictos aumentaron, produciendo numerosas huelgas en protesta de la situación del Perú.
En 1913 en Talara y
Negritos, los petroleros sacaron adelante una huelga exitosa y que trajo
consigo el despido de varios lideres obreros por parte de la empresa Duncan Fox
y que fueron repuestos gracias al apoyo de los obreros del Callao que
sabotearon los embarques y desembarques de dicha empresa.
En 1916, la historia
del movimiento obrero registra las luchas de los trabajadores de Huacho, Sayan
, Supe y Pativilca que reclamaban aumento de sus jornales por el alza de
precios de las subsistencias. Las consecuencias de las manifestaciones trajo
consigo la muerte de dos trabajadoras mujeres, Irene Salvador y Manuela
Chaflajo.
Las diferentes luchas
proletarias que se desarrollaban en Lima
durante esos años, tuvieron la posibilidad de centralizarse cuando se crea la
Federación Obrera Local de Lima. En su primer congreso la FOLI dio prioridad
inmediata la lucha por las ocho horas.
El 12 de enero de
1919 se inicia el paro general. La federación de estudiantes del Perú intentó
mediar en el conflicto eligiendo a delegados, entre ellos se encontraba Haya de
la Torre. La delegación de estudiantes planteo la propuesta de una jornada de 9
horas, la cual, la dirigencia obrera rechazo enfáticamente.
La fuerza del orden
reprimió a los huelguistas. Se apresó a dirigentes y se clausuró el periódico
“El Tiempo” donde José Carlos Mariátegui apoyó el movimiento obrero en su
columna “Voces”. El gobierno tuvo que ceder y el 15 de enero de 1919, el
presidente Pardo decretó las ocho horas en todo el país.
HUELGA EN IQUIQUE
HUELGA EN IQUIQUE
“Hasta hace muy pocos días, la atención de
todo el público de Lima, estuvo fija en el movimiento huelguista de Iquique; por eso son de
palpitante actualidad y vivísimo interés las vistas que insertamos y que nos han sido galantemente cedidas por nuestro
Cónsul en ese lugar, señor Manuel María
Florero. El doloroso desenlace que tuvo aquel movimiento, ha provocado los
comentarios generales y distintos en todo los labios, justificativos unos,
condenatorios los demás, pero todos han tenido
la triste uniformidad de la amargura con que han sido vertidos”. Actualidades. Lima, 4 y 11 enero de 1908. p. 3 y 4.
MANIFESTACIÓN BILLINGHURISTA DE AYER. La Crónica. Lima, 20 de mayo de 1912. P.1.
MANIFESTACIÓN
BILLINGHURISTA DE AYER. La Crónica. Lima, 20 de mayo de 1912. P.1
FIESTA OBRERA DEL 1 MAYO
LA FIESTA OBRERA DEL 1º DE MAYO (En el
callao – En la tumba de Aliaga). Variedades; revista
semanal ilustrada.
VIII (218) : 1. Lima, 4 de mayo
de 1912.
HUELGA DE TELEGRAFISTAS
LA HUELGA DE LOS TELEGRAFISTAS
Lima permaneció incomunicada con el resto de
la república durante muchas horas. El asunto se ventila ahora, en medio de un
ambiente agitadísimo, en la Cámara de Diputados donde los señores Ulloa,
Salazar y Secada, Macedo y Químper defienden la causa de los telegrafistas. La
solución de la huelga pende de la resolución de la Camara de Diputados de un
proyecto ley que concede la propiedad del empleo á los telegrafistas. Variedades.
XII (449) : 1301. Lima, 7 de
octubre de 1916.
HUELGA DE TRANVÍAS
CIUDAD ENFERMA POR FALTA DE TRANVÍAS
La causa principal de la huelga, o al menos como una de las razones que la explican, se da el interés que ha tenido y tiene el gobierno en desviar la atención pública del proceso electoral cuya solución obstaculiza, y el de hostilizar a las empresas eléctricas en las que tienen grandes intereses los señores Prado. “Este movimiento obrero ha sido considerado por el público en general como injusto y no ha despertado la menor simpatía. Todo lo contrario, dados los prejuicios que la falta de tráfico de tranvías ha producido, el sentir unánime es de desagrado, llamando la atención que las autoridades llamadas á intervenir y aún á solucionar la enojosa situación se mantengan en una pasividad extraña é inexplicable”. Variedades. XIII (485) : 653. Lima, 16 de junio de 1917.
EL FIN DE LA HUELGA DE CONDUCTORES Y MOTORISTAS
"Después de terminada la huelga de
conductores y motoristas, se restableció el tráfico urbano é interurbano en las
líneas de las Empresas Eléctricas Asociadas, mediante el sometimiento de las diferencias surgidas entre los huelguistas y la Empresas al fallo
de una comisión designada por el gobierno. Para llegar á esta solución de
tregua, fueron necesarias las intervenciones de la Municipalidad y del
Gobierno, gestiones en las que actuó
como representante de los huelguistas el doctor Víctor Maurtua y por parte de
las Empresas el doctor Mariano I. Prado, gerente de ellas.”. Variedades. XIII (486) : 681.
Lima, 23 de junio de 1917.
HUELGA DE PANADEROS
HUELGA DE PANADEROS
“Ha sido una de las huelgas más
curiosas é inmotivadas. Los Huelguista
protestaron de la prisión de dos
panaderos y de las matanzas de Huacho.
La huelga, que no tenía razón de ser, quedó
solucionada en veinticuatro horas; pero, sin embargo, los panaderos
ocasionaron fastidios á las familias y á
la gente consumidora de ese artículo.
Con ese motivo el llamado pan integral
ha aprovechado para ponerse de moda y
para expenderse en gran cantidad en los talleres de la Penitenciaría. Variedades. XIII (487) : 726. Lima, 30 de junio de 1917.
LAS OCHO HORAS EN EL PERÚ
LA SITUACIÓN OBRERA EN LIMA. La Crónica. Lima, 14 de enero de 1919.
La Crónica. Lima, 16 de enero de 1919. p. 4. – 5.
LA AGITACIÓN SOCIAL – OBRERA EN LIMA: SE
PROCLAMA EL PARO GENERAL EN LA CIUDAD.
El acontecimiento, ó los acontecimientos,
mejor dicho, más notable de la semana que concluyen son todos los relacionados
con la anómala situación de fuerza creada por la agitación de las clases obreras y trabajadoras que, de la huelga y de los
reclamos pasaron al paro general.
Huelgas pequeñas, de los tejedores, de los
panaderos y de otros distintos gremios condujeron á la situación general. El
paro general, que no se veía en la capital desde el último paro político de las elecciones del señor
Billinghurst en el año 1912 se repitió, por esta vez con caracteres de marcada
violencia. En el espíritu público había cierta intranquilidad pues
las noticias cablegráficas de la reciente huelga general en Buenos
Aires, que se convirtió en un formidable
movimiento maximalista y revolucionario, no eran nada halagadoras. Se
temía que un espíritu de imitación ó que el mal del maximalismo, que está echando hondas raíces en todas partes, complicará la situación pero, felizmente á éste respecto los temores se han desvanecido y el
paro ha sido una simple manifestación de
fuerza de los obreros en huelga de los gremios que se solidarizaron con los huelguistas para obtener el logro de sus pretensiones. Variedades. XV (568) : 42. Lima, 18 de enero de 1919.
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